La Costa Brava guarda una gran oferta cultural y de ocio que la convierte en un gran atractivo turístico durante el otoño.
Cuando el calor de verano da una tregua, la magia de sus pueblos medievales emerge entre los paisajes más verdes.
Si te alojas en el Hotel & Spa Mas de Torrent, no puedes perderte la oportunidad de hacer una ruta por los pueblos medievales de la Costa Brava. Estos son los que no pueden faltar en tu itinerario.
Explora los pueblos medievales de la Costa Brava
Pals, un paraíso entre lagunas
A primera vista, Pals parece sacado de un cuento medieval. Este pequeño pueblo, situado sobre una colina, a tan solo 6 minutos en coche del Hotel & Spa Mas de Torrent, te invita a recorrer sus calles adoquinadas y casas de piedra de auténtica esencia histórica.
Pero si hay algo que destaca de este pueblo con encanto de la Costa Brava es la forma en la que combina este carácter cultural con su faceta natural: Pals está rodeado de una extensa llanura de lagunas y arrozales donde se cultiva uno de los mejores arroces del país. De hecho, este es uno de los mejores lugares para disfrutar de una buena paella tras un agradable paseo por la muralla.
Tossa de Mar: un pueblo medieval fortificado en la costa catalana
Tossa de Mar es uno de los pueblos más dinámicos de la Costa Brava. Aunque sus playas de aguas cristalinas, ideales para la práctica del buceo, hacen que el pueblo duplique su población durante la temporada de verano, la calma del otoño lo convierte en uno de los mejores pueblos que visitar en la Costa Brava.
Se trata del único pueblo medieval fortificado de la Costa Brava: con un perímetro de 300 metros y construida entre los siglos XII y XIV, su muralla ofrece una de las vistas más impresionantes del Mar Mediterráneo. Si te gusta caminar, no dudes en subir hasta el faro para abrir el apetito antes de degustar uno de los platos de pescado fresco que se sirven en los mejores restaurantes locales.
Begur, una joya arquitectónica de cine
Begur, situado a solo 10 minutos del Hotel & Spa Mas de Torrent, esconde una curiosidad poco conocida: su castillo fue el escenario de la escena final de la película De repente, el último verano, dirigida por Jospeh Leo Mankiewicz y ganadora de dos Oscars en 1959. Sus calles estrechas y empedradas, las casas coloniales de color pastel y las ruinas del castillo forman una estampa de postal difícil de olvidar.
La temporada de otoño es una de las mejores épocas para visitarlo, pues el 1 de noviembre se celebra la Feria de la Castañera, que perfuma el pueblo con el aroma de las castañas asadas y los dulces típicos de la época. Además, el ayuntamiento organiza una amplia oferta de propuestas culturales para toda la familia: túnel del terror, escape room, encuentro de disfraces o la famosa castañada popular.
Calella de Palafrugell: la esencia de la naturaleza
Si lo tuyo es perderte entre paisajes naturales, debes incluir Calella de Palafrugell en tu ruta por los pueblos medievales de la Costa Brava. Este pequeño pueblo marinero ha sabido conservar su esencia a lo largo de los años, y sus casas blancas que asoman al Mediterráneo le dan un toque único que lo distingue de otros pueblos de la zona.
Una de las mejores propuestas para descubrir sus rincones es adentrarse en una caminata por el Camí de Ronda, un sendero que bordea la costa, salpicado de recodos ocultos entre acantilados y playas de agua turquesa. Culminar la ruta de pueblos medievales de la Costa Brava en Calella de Palafrugell es la mejor forma de cerrar un viaje en el que historia, mar y naturaleza se entrelazan para ofrecerte una experiencia única. ¡Reserva tu estancia en Mas de Torrent!